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Sexualidad en la crianza

por Beatriz Hernández
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SEXUALIDAD EN LA CRIANZA.

      ¿Qué es ser madre? ¿Qué es ser padre? ¿Se considera igual ser madre que ser padre?
Actualmente y en la gran mayoría de contextos, no se vive igual la maternidad que la paternidad. ¿En qué baño está el cambiador de pañales? Independientemente de la orientación sexual, ser madre o padre está sujeto a las creencias en cuanto a cómo se ha de vivir la crianza en función de tu género. Esta situación desencadena en muchas ocasiones que las relaciones sexuales pasen a un segundo o tercer plano según qué rol desempeñes en el momento de la crianza.

 


Independientemente de la orientación sexual, ser madre o padre está sujeto a las creencias en cuanto a cómo se ha de vivir la crianza en función de tu género

 

¿Qué puede estar influyendo en mi sexualidad?

Además de los roles de género, hay diferentes factores que pueden influir en cómo vivas tu sexualidad en la crianza. Por una parte está la oxitocina, hormona encargada de unir vínculos afectivos, de generar sobre todo bienestar y sensaciones placenteras. Se le conoce como la hormona del amor. Esta tiene unos de sus picos de secreción más elevados durante el orgasmo, durante el parto y la lactancia. Cuando el recién nacido succiona el pezón activa la oxitocina y esta a la prolactina (encargada de la producción de leche). Por lo que para poder amamantar se generan altos picos de oxitocina, lo que hace que haya una sensación de bienestar mantenida durante el período de lactancia.

Si ya existe esa sensación de bienestar a través de la lactancia, hay menos interés de buscarla a través de las relaciones sexuales. En el libro de María Llopis, «Maternidades subversivas«, puedes encontrar más información al respecto.

Otro aspecto que puede estar influyendo en cómo vives tu sexualidad es qué idea tienes de sexualidad, como vives tus relaciones sexuales, como las has vivido antes de la crianza y como habitas tu cuerpo. Si anteriormente no le dabas prioridad, probablemente ahora con menos tiempo para ti, mucho menos. Puedes no tener relaciones sexuales porque no te apetezca, es totalmente lícito. Cuando te apetezca, si te apetece, lo retomas. Lo importante es tener presente que la sexualidad son sensaciones placenteras, a solas o en compañía, si por diferentes motivos no te sientes a gusto para realizar determinadas prácticas sexuales, no las hagas.

Aunque si bien es cierto que en determinadas circunstancias es la idea de sexualidad y de cuerpos perfectos con los que se nos bombardea lo que genera rechazo y frustraciones a nuestro propio cuerpo y deseos. No anules tu sexualidad por una norma absurda, tienes un abanico de posibilidades esperándote. Los cuerpos son cambiantes, según vamos viviendo marcan nuestras experiencias, estrías, cicatrices, puntos, quemaduras, canas, pecas, tatuajes. Si siempre estuvieras igual, más que perfecto, tu cuerpo sería de piedra, intacto, impasible ante la vida. ¿Eso es la perfección? Aceptarse lleva su tiempo, y es todo un trabajo, si ya lo tienes hecho, enhorabuena. Sino, quizá es el momento de reflexionar sobre ello.

 

En muchas ocasiones algo tan sencillo y a la vez tan complicado como la falta de tiempo es lo que limita tener encuentros sexuales. Cuando esta es la principal complicación, una de las estrategias es planear los encuentros.

 

También, es en muchas ocasiones algo tan sencillo y a la vez tan complicado como la falta de tiempo lo que limita tener encuentros sexuales. Cuando esta es la principal complicación, una de las estrategias es planear los encuentros. Para poder disfrutar de estos, es importante tejer una red de confianza en tu entorno donde poder apoyarte.

No es lo mismo desentenderse de la crianza que ser irresponsable de tus obligaciones. Si utilizarías este recurso cuando se trata de trabajo, ¿porque no cuando se trata de tiempo para ti? ¿Cuidarte es menos importante? Esta creencia está muy arraigada a la idea de ser madre y es esto mismo lo que en muchas ocasiones nos fuerza a revisarnos qué significado tiene para mí ser madre y si es el mismo que ser padre, para poder liberarnos de cargas impuestas y poder entender de la misma manera la crianza, para poder llegar a un equilibrio a la hora de tener en cuenta la sexualidad. Por este motivo, es importante, si hay pareja, la comunicación, expresar sentimientos, deseos y frustraciones. Llegar a acuerdos y sobre todo repartir tareas y proponer soluciones.

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