Relatos eróticos: Entrevista de trabajo

por Saciasexblog
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RELATO ERÓTICO: «Entrevista de trabajo»

Todo había transcurrido con normalidad durante la entrevista de trabajo. Era una oficina enorme de una planta, con pasillos y salas… La entrevista me la hizo en un despacho un señor de 60 y pico años, muy correcto, y por lo que pude apreciar muy complacido conmigo.

Eso sí, por si era un hombre el responsable de Recursos Humanos, fui maquillada, con vestido corto, medias y tacones altos, que eso siempre camela al género masculino.

Tengo 20 años y necesitaba el trabajo de secretaria a toda costa, para ayudar en casa.

         – Bien, solo queda un detalle – me dijo, poniéndose en pie, en su lado de la mesa.

         – Usted dirá – respondí humildemente.

         Hizo sonar su interfono, y dijo:

         – Ya puede venir.

         Me miró, en unos segundos de incómodo silencio, y me dijo muy serio:

         – Levántate, súbete el vestido completamente y abre las piernas todo lo posible.

         Alucinada, tragué saliva.

Su expresión me indicó que si no obedecía ya podía marcharme. Con que obedecí, sin rechistar.

Añadió:

         – Mi ayudanta te hará la última prueba. De esa depende mi firma. Ya se la ha hecho a cuatro aspirantes, todas de tu edad. Tú eres la última. Cuando se abra la puerta, no mires atrás.

         Nerviosa, pero también excitada, asentí. No podía negarme a esa voz, a esa personalidad. Era un hombre viejo y culto, un líder. Por fin escuché como se abría la puerta tras mi espalda.

         – Esta es la nueva, señora Cristal. Empiece.

         Oí a esa persona agacharse detrás de mí. El hombre me advirtió:

         – No dejes de mirarme mientras te chequean y realizan la prueba. Tu expresión es decisiva.

         Esa mujer me rompió el tanga, supongo que, con unas tijeras, y los restos cayeron al suelo, a lo cual el líder comentó:

         – Me gusta que volváis a casa con el culo al aire.

¡¡¿¿Qué locura era ésta??!! Una locura, Pero en realidad me gustaba, lo admito. Era tan inmoral, tan rara y tan fuera de estos tiempos… que me encantaba.

         A continuación, arrodillada a mi espalda, la recién llegada empezó a acariciarme el culito y el coño, abiertos a más no poder. Lo hacía con delicadeza, con arte. Además, notaba también como arrimaba su morro.

Una desconocida a la que ni había visto estaba inspeccionando mi intimidad, ¡para un trabajo de secretaria! Estaba alucinada, pero disfrutaba también, el corazón me latía a toda velocidad… Estuve a punto de cerrar los ojos, pero recordé que lo tenía prohibido. Menos mal.

Entonces ella comentó:

         – Está perfectamente depilada y huele a niña cachonda, señor Pérez.

         El hombre, siempre serio, comentó:

         – Perfecto. De todos modos, estaba seguro.

         Aquella mujer siguió olisqueando y sobando por detrás, y empezó a darme besitos dulces en la almeja. Gemí y meneé sobre mis taconazos, calentándome más y más, mientras el hombre no dejaba de mirarme a la cara. Por su voz, la ayudanta no tendría menos de 50 años.

         – Está rica – añadió ella, mientras me daba un buen lametón, muy a gusto.

         Entorné los ojitos, y puse el culo en pompas, apoyando mis manos sobre la mesa. Estaba húmeda y me sentía super femenina, qué humillación genial… La mujer insinuó su lengua en mi agujerito trasero, y agregó:

         – Por el culito también está cachonda.

         Él asintió, complacido. Yo le miré preguntando con mis ojitos ¿“le gustan mis caritas mientras su ayudanta valora?”. Él entendió la pregunta, volvió a asentir.

         Tras lamer a conciencia mis dos agujeritos y chupetear un poco mi clítoris, la mujer se levantó, se pegó a mi espalda y me tocó los pezoncitos. Estaban erguidos y ansiosos. Yo suspiraba, húmeda por completo, feliz con una experiencia tan extraña, sin desviar nunca la mirada del líder.

         Concluyó diciendo:

         – Es tan puta como las otras cuatro que probé para usted. Será una elección difícil, señor.

         – Mejor – respondió él, sonriendo por primera vez.

         En ese momento tuve un orgasmo, haciendo equilibrios sobre mis taconazos, gimiendo como lo que soy. Espero que las otras aspirantes no llegaran a tanto…

¿Te apetece contactar conmigo y decirme que te ha parecido mi relato? Puedes hacerlo mandándome un email a flamcandela@gmail.com

 

6 Comentarios

José María Quinto 3 diciembre, 2019 - 4:57 pm

Un buen relato breve que sabe combinar lo erótico con lo explícito en su justa medida. Buena historia con ese toque de dominación/sumisión.

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Flamenca Susana 6 diciembre, 2019 - 8:29 pm

Muchísimas gracias por tu comentario, José María!!! Es un gustazo que disfrutéis con mi forma de ser!!! Muchos besos

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Rugan Lietor 8 diciembre, 2019 - 7:06 pm

Comento de nuevo, pues al parecer se eliminó mi primer comentario: Como siempre excitante y cautivador. Sigue así, Susana

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Flamenca Susana 10 diciembre, 2019 - 5:18 pm

Seguiré, muchas gracias!!!

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Raúl 16 diciembre, 2019 - 9:41 pm

Un relato bastante convincente en que te hace casi saborear a esa aspirante a secretaría… Como siempre sabes tocarnos la fibra… Enhorabuena.

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Flamenca Susana 17 diciembre, 2019 - 8:57 am

Muchas gracias!!! Eso pretendía, meteros en la situación… Besos!!

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